El motor eléctrico es un invento relativamente moderno. Desde su invención en 1873 estos dispositivos son una herramienta de trabajo esencial en cualquier empresa. Este tipo de motores utiliza energía eléctrica para producir movimiento o energía mecánica. Se trata, básicamente, del extremo opuesto a la turbina. En el caso de la turbina, es el movimiento de una lámina el que produce una carga eléctrica que genera la electricidad. En el caso que nos ocupa, es la electricidad la que induce el trabajo de las máquinas.
¿Cómo funciona un Motor Eléctrico?
El ciclo de un motor eléctrico es similar al de un electroimán. Para explicar su funcionamiento tenemos que fijarnos en la conocida como Ley de Ampère. Dicha ley afirma que una carga eléctrica que pasa a través de un circuito cerrado produce un campo magnético. El interior de un motor eléctrico, de hecho, es un electroimán básico y consiste en un circuito de alambre a través del cual fluye la electricidad. El resultado es el mismo que observamos en cualquier otro imán: una zona de polaridad positiva y una zona (o campo opuesto) de polaridad negativa.
El movimiento es producido por la fuerza atractiva y repulsiva asociada a los polos de los imanes. En un motor eléctrico la interacción se produce entre un electroimán y un imán fijo que lo rodea. La fuerza de atracción y repulsión de los polos de los dos imanes provoca que el electroimán comience a girar con el fin de alinear los polos opuestos en el campo magnético. A medida que el electroimán da vueltas, este provoca el giro de un eje o armadura que realiza el trabajo del motor. Pero no es tan simple; si los polos de los imanes se alinean el motor se detendrá. Para que continúe girando es necesario que la polaridad del electroimán se invierta. Es este proceso de inversión el que nos permitirá distinguir los distintos tipos de motores eléctricos.
Los motores eléctricos pueden clasificarse en dos clases. Dependiendo de cual sea su fuente de electricidad, el motor volteará la polaridad de una forma u otra. La mayoría de los motores eléctricos utilizan lo que se conoce como corriente alterna (ejecución en CA). La corriente alterna está diseñada para cambiar la dirección de su flujo muchas veces por segundo. El resultado que esto provoca en el electroimán es que las áreas de polaridad positiva y negativa se voltean y se alternan rápidamente. Con esto se evita que los campos magnéticos se alineen y se permite que el eje siga girando. Los aparatos móviles del hogar como un ventilador que se enchufa a una toma de corriente de pared funcionan con motor de corriente alterna.
Sin embargo, antes de que Nikola Tesla inventara el circuito de corriente alterna, los motores eléctricos ya funcionaban en corriente continua (CC) o directa. En este caso hablamos de un circuito simplificado que obtiene su energía de una batería. Para invertir la polaridad y mantener el eje girando, el motor de corriente continua lleva un conmutador que alterna la dirección de la corriente en el electroimán. Los motores de corriente continua son más primitivos que los motores de corriente alterna, pero son útiles en aplicaciones donde la corriente alterna no se puede utilizar. Un ejemplo moderno de motor eléctrico de corriente continua sería el mecanismo de arranque de un automóvil.
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